noviembre 05, 2009

Remember, remember... the fifth of November

, by Isiriel

Se abre el telón....

A lo lejos se oye el sordo eco de las voces gritar. ¿Qué es lo que turba esta plácida noche de noviembre? Las hogueras, la insidia... el odio por algo que no se recuerda.

Con un mudo susurro se cierran las cortinas, dejando la habitación sumisa en la tenue luz del candelabro.

El cinco de noviembre... la noche de las hogueras, de los fuegos artificiales. ¿Acaso alguien recuerda la razón de tan alegre festividad? No... no lo hacen. Por fuego han pasado muñecos de Hitler, Parnell, el zar ruso e incluso el Papa de Roma y Tony Blair... pero, ¿quién fue el primero?

Algo hace temblar el fuego de las velas.

Guy Fawkes.

Su nombre resuena hasta la fecha por dar nombre a este alegre día de otoño... Pero, ¿qué hizo?
Su cara esconde a aquellos que se refugian bajo una máscara de falso revolucionarismo... Pero... ¿quién fue?

Las sombras de la habitación parecen bailar al son del fuego... pero hay una que parece ir por libre.

«Recuerden, recuerden... el cinco de noviembre de 1605. No, Inglaterra no prevalece, señores... aquel día estaba programado el asesinato del rey de Inglaterra y de los miembros del Parlamento.

Que nadie se deje seducir por las ensoñaciones de rebeldía y revolución... No... Aquel día no sonaría Tchaikovsky, ni habría fuegos artificiales. Aquel día no se congregarían miles de personas unidas bajo un mismo sentimiento, la Libertad, para ver cómo nacerían sus vidas...

¿Conocen ustedes la Conspiración de la Pólvora? El plan que hizo caer a Fawkes en una espiral de dolor, y humillación eterna... El fuego infernal del que jamás se salvaría, al igual que Prometeo había sido condenado a sufrir cada día una bestia que devorara su hígado...

El plan fue maquinado por un grupo de católicos para matar al rey Jacobo I, así como a toda su familia y la mayor parte de la aristocracia inglesa.
¿Qué les llevó a tales extremos?

La opresión por parte de la Iglesia anglicana y las extremas leyes anticatólicas. El plan fue uno de los muchos intentos de asesinato del rey, y un grito desesperado de aquellos que querían tener derecho al librepensar. Sin embargo, la mayor parte de los católicos no sabían nada de esto, y tras el fracaso de la conspiración, las medidas en su contra se endurecieron. Fueron perseguidos con ahínco y se les denegó mucho de los derechos que hasta entonces habían tenido...

Por otra parte, a Guy Fawkes y a sus colaboradores se les ejecutó de la manera más sangrienta y dolorosa posible, siguiendo la costumbre de los traidores...
Se les colgó del cuello sin dejarles morir... Después, se les seccionaron los genitales, y procurando que siguiesen vivos, los echaron al fuego para fuesen pasto de las llamas. Pero no contentos con eso, les destriparon... y finalmente, les arrancaron el corazón.

No... no es una imagen agradable, pero nunca lo fueron las consecuencias de intentar cambiar el mundo. Sin embargo, Guy Fawkes lo hizo... Pocas serán las personas que sabrán la historia de aquél cuya cara adoptan, y más pocas serán los que tengan el valor suficiente para luchar por sus IDEALES.

¿Por qué?

Intentar cambiar el mundo tiene su precio...

Nadie se acuerda ya de Guy Fawkes... al menos no del verdadero. Fue tratado como terrorista, y en cierta manera lo fue... ¿Pero acaso no fue incitado por la sociedad? ¿Es que enseñamos al ladrón a robar y luego lo castigamos por ello?

Vosotros, que estáis esta noche ahí fuera, quemando alegremente muñecos... ¿Qué derecho tenéis a menospreciar y humillar a alguien que se sacrificó por lo que creía? ¿No tienen derecho, acaso, a una mención más juiciosa?

Pero hay algo que me parece más terrible aún... olvidar los hechos, olvidar el nombre y olvidar los sentimientos... dejando únicamente el envoltorio... las hogueras... la fiesta... y un nombre vacío de significado...»

El fuego de la vela se consume, y la habitación queda fría y a oscuras.

Lentamente, como una caricia en el aire, se cierra el telón.



 

Recuerden, recuerden, el cinco de noviembre. 
Conspiración, pólvora y traición. 
No veo la demora y siempre es la hora, 
para evocarla sin dilación.

1 comentario:

  1. Gracias Yuki, no recordaba esta secuencia de V de Vendetta y la verdad es que da mucho juego.

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