enero 09, 2010

Sapiens Ignorantis

, by Isiriel

Los viajes de regreso desde Madrid siempre se hacen vomitivamente eternos. Generalmente, suelo aplacar el hastío con un poco de sueño, pero hoy hubiese sido una gran insensatez.
A la altura de Príncipe Pío una gran piara entró al vagón, y en ese momento supe, por instinto y para mi desgracia, que aquellos engendros de la naturaleza se bajarían en la misma parada que yo. 

Por supuesto, no me equivoqué. 

Animales... más que animales. No sé quién fue el genio que les llamó "sapiens", pero desde luego, de inteligentes tienen poco. A lo mejor de pequeños les sorbieron el cerebro con una pajita, o les hicieron un lavado al estilo Naranja mecánica dotándoles de cerebro colectivo. Pero el caso es que son gregarios a más no poder. Me hubiese gustado tirar a alguno del tren en marcha a ver si los demás le seguían. 

La única mirada de complicidad era la de mi reflejo en la ventana del tren, soportando detrás a aquellos abortos de criaturas. Ni siquiera los monos chillan tanto, y fijo que saben diferenciar música de ruido. 

No sólo la algazara que provocaban hicieron el viaje más largo y atroz, sino que encima tuve el lujo de ver a uno de los individuos efectuar una serie de movimientos amorfos que ellos parecen llamar "baile". A mi me pareció más bien como si le estuviesen echando la maldición cruccio, que ojalá hubiese sido así.

En cualquier caso, si eso va a ser el futuro, más nos vale poner el grito en el cielo.

2 comentarios:

  1. Cuando nos hacen falta policías montados en cerdos para poner orden, nos fallan.
    THE END IS NIGH

    ResponderEliminar
  2. =) Nada de gritos en el cielo... Revolución. Hagamos ver a la sociedad que existe una diferencia, que la diferencia la marcamos nosotros. Y que, cuando tenga que elegir entre unos y otros, a ver por quién se decanta.

    xD me estoy imaginando ese baile-maldición... menudo espectáculo debió ser, aunque mi cabeza seguro que lo está exagerando bastante! :D

    ResponderEliminar