marzo 24, 2010

Afasia

, by Isiriel

El mundo necesita una revolución. Antes o después este sistema, esta mentalidad, llegará a su límite y entonces está por ver qué ocurrirá. Sin embargo, no parece que la sociedad actual tienda demasiado a ello.

En Francia, el pueblo tomó el poder y comenzó una verdadera sublevación contra el Antiguo Régimen que progresivamente se fue extendiendo al resto del mundo, en especial, las ideas que encarnaba esta revolución. Pero ahora...

¿Qué encontramos ahora? La Revolución Francesa tuvo una base ideológica en la que asentarse, la Ilustración. Nosotros contamos únicamente con una mentalidad disociada y un progresivo desinterés por la política. El nivel de abstención en elecciones aumenta y el país tiende cada vez más a un bipartidismo. Los niveles de corrupción no hacen más que aumentar, y  nadie hace nada. La inmunidad judicial nos impide juzgar a los políticos, y no sólo eso, sino que el poder judicial y ejecutivo se han vinculado. Citando a Orwell, todos somos iguales ante la ley, pero unos son más iguales que otros. Los jueces deberían ser elegidos por Tribunales independientes, y no es así. No sé por qué la gente no siente que se están riendo delante de sus narices. 

¿Por qué demonios esta sociedad no aprende?¿Tantos años de Historia cometiendo los mismos errores y no hemos aprendido nada.

Dicen que necesitamos una nueva figura, como fue Napoleón, para guiar la revolución. Pero, ¿quién está dispuesto a aceptarla? Fue el descontento generalizado de la población lo que en primer lugar, llevó al pueblo a tomar las armas. Pero mientras tengan la nevera llena, quién se quiere molestar en hacer nada. Además, la revolución no ha de ser necesariamente por la violencia, sino una revolución ideológica, ¿pero con qué bases? Siento decirlo, pero parece que la única forma de que todos se pongan "de acuerdo" es mediante la opresión. De lo contrario, siempre habrá gente que no entienda, gente ignorante (de los que hay bajo las piedras) que impedirán el progreso. Sobre todo en un país como en el nuestro, mayormente conservador, en el que el Estado aún sigue manteniendo a la Iglesia, cosa que no ocurre ya en casi ningún país de Europa. Para más inri, nuestra educación, la que debería ser el instrumento que nos permitiese pensar por nosotros mismos y ser críticos con lo que nos rodea, tal y como defendían los ilustrados, deja mucho que desear. 

Ortega y Gasset fue en su tiempo una gran figura ideológica, e insistía en la idea de que la mayoría intelectual debía guiar a las masas. Él criticaba esta España retrasada respecto al resto de Europa y la necesidad de progreso. Para él, el hombre-masa es producto de una época que se caracteriza por la estabilidad política, la seguridad económica, el confort y el orden público. El mundo que rodea al hombre no le mueve a limitarse en ningún sentido sino que alimenta sus apetitos, que en principio pueden crecer de forma indefinida. 

¿De qué sirvieron las reflexiones de Ortega? Para iluminar a los pocos intelectuales que se daban cuenta de la situación y de la veracidad de lo que decía. Que la Constitución diga que todos somos iguales ante la ley no quiere dice que todos seamos iguales, pero desde luego, el hombre-masa no va a permitir que se le llame ignorante, y en su prepotencia jamás aceptará estar subordinado a nadie.

Lo peor de todo es que, si buscamos al verdadero culpable de esta situación, sólo debemos mirarnos al espejo. Si la democracia tiende cada vez más a la demagogia, es porque el pueblo lo ha permitido. Si los politicos son cada vez más corruptos, es porque el pueblo lo ha permitido. Si la situación no cambia, es porque el pueblo lo permite. 

El silencio otorga... y el pueblo parece tener afasia.

1 comentario:

  1. Hay días en los que me muestro totalmente de acuerdo con la idea de la dictadura inteligente que defendía el señor Baroja.

    Me duele la cabeza, así que no voy a decir más, xD

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