marzo 17, 2012

La importancia de saber observar

, by Isiriel

"Al contrario, Watson, lo tiene todo a la vista. Pero no es capaz de razonar a partir de lo que ve. Es usted demasiado tímido a la hora de hacer deducciones."
Las aventuras de Sherlock Holmes, A. Conan Doyle
En ciencia, es más importante tener una capacidad crítica de observación que acumular todos los conocimientos del mundo en la cabeza. En primer lugar, porque la información por sí sola no hace nada, y además, porque si no somos capaces de observar e interpretar las señales que inevitablemente nos va dejando la naturaleza, poco podemos hacer.

Hoy traigo una serie de descubrimientos que se realizaron gracias a la observación y a la capacidad de interpretar lo que estamos observando. Pero antes, me gustaría matizar algunas cosas. Para observar es necesario ser absolutamente sinceros, con el resto y sobre todo, con nosotros mismos. Es mucha la gente (incluso en el mundo científico) que intenta adaptar los hechos a la teoría y no readaptar la teoría a los hechos. Se dice que los científicos se pasan tres cuartas partes de su vida intentando innovar y rebatir lo que se creía hasta entonces, y que el cuarto restante se lo pasan defendiendo a capa y espada sus teorías. Como digo, no es poca la gente que aunque tenga las pruebas delante de sus narices, prefieren ignorarlas y repetir sus teorías una y otra vez. Así que está claro que eso no es exclusivo de religiosos ni homeópatas (por poner dos ejemplos muy criticados por esto mismo), sino también de aquellos que se jactan de ser fieles al método científico. No digo esto con ánimo de crear polémica, sino para hacer comprender que aquí todos estamos hechos de la misma pasta, que hay que tener un poco de humildad, y no caer en esas trampas del cerebro.

1.- Alexander Fleming y la penicilina
Voy a empezar por el consabido caso del descubrimiento de la penicilina. Antes de nada, decir que aunque este caso siempre es presentado como el paradigma de la observación y el método científico, el descubrimiento no fue totalmente fortuito en el sentido de que Fleming ya estaba encaminado en la búsqueda de un agente bactericida, y conocía los trabajos de colegas suyos en los que se hablaba de que algunos mohos provocaban esos efectos (trabajos de Lister, Pasteur y Tyndall entre muchos otros)
Por otra parte, civilizaciones antiguas como las de Grecia, China, India, nativos de Norteamérica, árabes, etc ya habían usado hongos como agentes bactericidas.
En cualquier caso, la situación en la que la penicilina como tal fue descubierta, sigue siendo icónica. Ocurrió el 28 de septiembre de 1928, mientras Fleming estudiaba cultivos de Staphylococcus aureus en el Hospital St. Mary de Londres. Al regresar de unas vacaciones, se encontró con que muchos de sus cultivos se habían contaminado, por lo que empezó a descartarlos.
Por fortuna, ese día recibió la visita de un antiguo compañero, al que comenzó a enseñarle su trabajo. En una de las placas contaminadas que aún no había limpiado, se fijó en que alrededor del hongo que había contaminado el cultivo, no había proliferado el estafilococo (esto es lo que llamamos un halo de inhibición). Pensó entonces que debía de haber alguna sustancia que se difundía alrededor del hongo que hacía que la bacteria no creciese. Posteriormente se supo que el hongo aquel era el Penicillium notatum, y al agente bactericida que sintetizaba se le bautizó con el nombre de penicilina, el primer antibiótico conocido como tal.
Si Fleming no le hubiese dado importancia a aquel halo de inhibición y lo hubiese tirado sin más, no digo que jamás hayamos descubierto los antibióticos, pero sin duda, el descubrimiento se habría retrasado un tiempo, cuando éste fue una de las sustancias que revolucionaron completamente el mundo de la medicina.

2.- Rita Levi y el NGF (Nerve Growth Factor)
Rita Levi-Montalcini es una entrañable anciana que está a punto de cumplir los 103 años y sigue igual de lúcida que en su juventud. En 1986 recibió el Premio Nobel de Medicina junto a Stanley Cohen por este descubrimiento.
El NGF forma parte de unas sustancias llamadas factores de crecimiento, cuyo cometido principal es incitar la proliferación de las células. Rita Levi observó que al injertar unos tumores en embriones de pollo, se producía una proliferación de las fibras nerviosas hacia el tumor, así como un aumento de los ganglios simpáticos. Así, Rita Levi pensó que debía haber alguna sustancia que secretasen las células del tumor en grandes cantidades y que pasasen a la sangre (pues la proliferación también se producía hacia los vasos sanguíneos) que provocase tal despliegue de fibras nerviosas. Cuando se lo comentó a su mentor, un prestigioso anatomista e histólogo, éste insistió en que eso no eran más que fibras conjuntivas e intentó quitarle esa idea en la cabeza.
Haciendo caso de su instinto y de la intuición que le hablaba de cómo tenía que interpretar lo que veía, Rita no cejó en su empeño, y tras largos años de duro trabajo con numerosos científicos, finalmente logró demostrar la existencia del NGF.
Todo esto está redactado maravillosamente en su biografía "El elogio de la imperfección", un libro altamente recomendable sobre autosuperación y perseverancia incluso en las condiciones más adversas, pues Rita Levi comenzó sus investigaciones en un laboratorio improvisado en su casa durante la ocupación nazi.

3.- Santiago Ramón y Cajal y el sistema nervioso central
Las aportaciones de Ramón y Cajal a la biología, medicina y ciencia en general son de gran importancia, pues entre otras cosas, permitió generalizar la teoría celular a todos los tejidos, ya que hasta entonces el tejido nervioso se había considerado una unidad independiente que no cumplía los preceptos de la teoría celular.
Ramón y Cajal fue capaz de ver en ese caos de células y fibras, una coherencia y organización, y así demostró la existencia de unidades nerviosas, las neuronas. Por esto recibió el Premio Nobel de Medicina en 1906, junto a Camilo Golgi. La verdad es que la historia tiene su miga, y Ramón y Cajal tuvo que pasar muchas penurias antes de que la comunidad científica se dignara a hacerle un mínimo de caso.
La primera teoría que surgió acerca del tejido nervioso fue el reticularismo de Gerlach, que lo definía como una red difusa que une las prolongaciones de las células.
Más tarde apareció Golgi con una nueva tinción totalmente novedosa, el método de impregnación argéntica que actualmente se conoce como tinción Golgi. Esta tinción fue del todo reveladora porque permitía ver las células nerviosas y sus fibras de color negro sobre un fondo claro, lo que facilitaba enormemente el estudio del tejido nervioso:
 Esta tinción hizo posible derribar muchas de las premisas del reticularismo, pero la gran mayoría de los investigadores, Golgi incluido, seguían aferrándose a dicha corriente. Los pocos que se atrevían a teorizar que existían células independientes eran completamente ignorados. Golgi continuó aferrado a su teoría incluso cuando recibió el Nobel junto a Ramón y Cajal, hecho que le indignó, y así hasta el fin de sus días. Y es que, allí llegó Santiago Ramón y Cajal, el último mono procedente de una caverna oscura llamada España, y desmontó toda la teoría reticular gracias a la tinción que el propio Golgi había creado.
No me cansaré de decirlo, Ramón y Cajal tenía una mente asombrosa. Veía lo mismo que el resto, pero estaba claro que no estaban observando lo mismo.

4.- Sherlock Holmes Sir Joseph Bell

Joseph Bell fue médico y profesor en la Universidad de Edimburgo. No es que este hombre haya hecho ningún descubrimiento importante, pero creo que la historia que hay tras de sí es muy interesante. Para convenceros, aquí va la siguiente anécdota:
Se encontraba Bell pasando consulta en el hospital, rodeado de sus estudiantes. La paciente que entró en la sala era una mujer con un niño.
-Buenos días.- saludó al entrar.
-¿Qué tal su viaje en el transbordador de Burntisland?.- respondió Bell, ante la sorpresa de la paciente.
-Bien.- contestó
-¿Qué hizo con el otro niño?
-Lo dejé con mi hermana en Leith.
-¿Tomó el atajo por Inverleith Row para llegar hasta el hospital?.- pregunta de nuevo Bell
-Así es
-¿Irá a trabajar a la fábrica de linóleo?
-Sí.- responde finalmente la mujer.
Entonces, ante la mirada estupefacta de los estudiantes y la paciente, Bell comienza la explicación: "Cuando ella saludó, reconocí su acento de Fife. El transbordador más cercano que cruza desde allí está en Burntisland, por lo que debió subir a él. Fíjense en que el abrigo con el que está cargando es demasiado pequeño para el niño que lo acompaña, por lo tanto, ella comenzó el viaje con dos niños, pero dejó a uno por el camino. Ahora fíjense en el barro de sus zapatos. Ese tipo de barro rojo no se encuentra en Edimburgo, salvo en el jardín botánico, y por lo tanto, ella debió coger un pequeño atajo por Inverleith Row para llegar hasta aquí. Finalmente, tiene dermatitis en los dedos de su mano derecha. Ese tipo de dermatitis es única de los trabajadores de la fábrica de linóleo de Burntisland."
Si Joseph Bell pudo saber todo eso sólo con un primer vistazo y un saludo de la paciente, imaginaos todo lo que podría saber de ella tras una exploración.
Lo que quiero decir es que la observación no es sólo importante para hacer descubrimientos de repercusión mundial en cualquier terreno, sino para el día a día, y es más importante aún para un médico, pues es prácticamente la herramienta esencial que tendremos una vez estemos frente a frente con el paciente. Ninguna máquina podrá jamás sustituir la capacidad de observación y la intuición de las personas.

Por cierto, toda esta historia, ¿no os ha recordado a alguien? Para el que no se lo haya imaginado, Joseph Bell fue profesor de Arthur Conan Doyle (que también fue médico y es quién narró esta historia) y por supuesto, fue la figura que inspiró al archiconocido Sherlock Holmes.

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