marzo 17, 2012

Las cuatro estaciones

, by Isiriel

A finales del siglo XVII, los compositores se embarcaron en el desarrollo de una nueva forma musical, el concierto. Una de sus variantes más desarrollada fue el concerto grosso, en cuya estructura definitiva tuvo gran influencia Antonio Vivaldi (1678-1741)
Las cuatro estaciones son, probablemente, lo más conocido de este gran compositor barroco (aunque tristemente, la inmensa mayoría sólo habrá escuchado la trilladísima Primavera) Son cuatro conciertos para violín solista con acompañamiento de cuerda y continuo.

Desde la primera vez que los escuché, tuve la sensación, o más bien la seguridad, de que estas cuatro piezas eran pura poesía. Vivaldi fue capaz de pintar con música cada una de las estaciones con una absoluta claridad y nitidez.
No obstante, lo que la mayoría de la gente no sabe es que junto a estos conciertos, Vivaldi dejó escritos una serie de sonetos con los que acompañó cada concierto.

Invierno
Temblar helado entre las nieves frías
al severo soplar de hórrido viento,
correr golpeando el pié cada momento;
de tal frió trinar dientes y encinas.

Pasar al fuego alegres, quietos días
mientras la lluvia fuera baña a ciento;
caminar sobre hielo a paso lento
por temor a caer sin energías.

Fuerte andar, resbalar, caer a tierra,
de nuevo sobre el hielo ir a zancadas
hasta que el hielo se abra en la porfía.

Oír aullar tras puertas bien cerradas
Siroco, Bóreas, todo viento en guerra.
Esto es invierno, y cuánto da alegría.

Verano

Bajo dura estación del sol ardida
mústiase hombre y rebaño y arde el pino;
lanza el cuco la voz y pronto oída
responden tórtola y jilguero al trino.

Sopla el céfiro dulce y enseguida
bóreas súbito arrastra a su vecino;
y solloza el pastor, porque aún cernida
teme fiera borrasca y su destino.

Quita a los miembros laxos su reposo
el temor a los rayos, truenos fieros,
de avispas, moscas, el tropel furioso.

Sus miedos por desgracia son certeros.
Truena y relampaguea el cielo y grandioso
troncha espigas y granos altaneros.

Otoño

Celebra el aldeano a baile y cantos
de la feliz cosecha el bienestar,
y el licor de Baco abusan tantos
que termina en el sueño su gozar.

Deben todos trocar bailes y cantos:
El aire da, templado, bienestar,
y la estación invita tanto a tantos
de un dulcísimo sueño a bien gozar.

Al alba el cazador sale a la caza
con cuernos, perros y fusil, huyendo
corre la fiera, síguenle la traza;

Ya asustada y cansada del estruendo
de armas y perros, herida amenaza
harta de huir, vencida ya, muriendo.

Primavera

Llegó la primavera y de contento
las aves la saludan con su canto,
y las fuentes al son del blanco viento
con dulce murmurar fluyen en tanto.

El aire cubren con su negro manto
truenos, rayos, heraldos de su adviento,
y acallándolos luego, aves sin cuento
tornan de nuevo a su canoro encanto.

Y así sobre el florido ameno prado
entre plantas y fronda murmurante
duerme el pastor con su fiel perro al lado.

De pastoral zampoña al son chispeante
danzan ninfa y pastor bajo el techado
de primavera al irrumpir brillante.

0 atravesaron el Espejo:

Publicar un comentario