octubre 20, 2012

El despotismo médico y otras actitudes

, by Isiriel

Hoy he tenido mi primera rotación en el hospital adjunto de mi facultad. No voy a especificar ni el hospital ni el servicio porque no viene a cuento, pero quería compartir algunas reflexiones. No va sobre la docencia que se ejerce con los estudiantes (no residentes) de medicina, que aunque también es un tema importante, es paja de otro costal. De lo que quiero hablar es del funcionamiento de los médicos y los pacientes.

Desde que entras en la carrera de Medicina, una de las cosas que no paran de repetirte es el cambio de modelo de la relación médico-paciente. Se supone que frente a la relación paternalista que se seguía hace no tantos años (una especie de despotismo ilustrado, de todo para el paciente pero sin el paciente) a una relación autonomista en la que la jerarquía se horizontaliza y el médico puede y debe contar con el paciente para la toma de decisiones.

Esto, a mi parecer y aunque mi experiencia es aún poca, se queda un poco en la teoría, y al final es el paciente el que sale perdiendo.

Lo primero que hemos hecho hoy ha sido el pase de planta, o sea, visitar a los pacientes ingresados que están con el post-operatorio para ver su evolución. No exagero cuando digo que éramos lo menos quince o veinte personas. Ni siquiera cabíamos en las habitaciones de los pacientes. Alcancé a ver como uno de los pacientes se echaba hacia atrás asustado cuando una horda de galenos enfundados en batas lo rodearon y esperaban ansiosos a abalanzarse sobre él, como una manada de hienas. ¿De verdad hace falta el jefe de servicio, cinco adjuntos y otros cinco residentes para pasar la planta? Más los estudiantes, claro, que aunque ni siquiera pisásemos las habitaciones, estábamos allí haciendo bulto.

Así debieron ver esos pacientes a los médicos
Ya no es sólo que el pobre paciente se sienta examinado por extraterrestres, sino que los médicos duraban poco más de un minuto viendo al paciente. No sé cuál es el objetivo de verlos así, en un minuto poco van a averiguar, sobre todo teniendo en cuenta que muchos de los pacientes no podían hablar. Habría que doblar es esfuerzo por saber qué tal le va, ya sea hablando con la familia o las enfermeras, pero parece que post-operatorio es sinónimo de echar un vistazo a la herida quirúrgica y listo.

Lo segundo que hicimos fue una sesión clínica de horas. Los adjuntos y los residentes iban presentando casos, sobre todo oncológicos, para discutir qué hacer y cómo proceder. Hasta aquí perfecto, excepto una cosa que me chirrió. En otro hospital en el que estuve, las decisiones de los comités y sesiones se apuntaban para que después el médico responsable se lo comunicase al paciente, lo cual es lógico. Hoy me he encontrado con que después de discutir el caso, se hacía pasar al paciente al aula donde estábamos todos (unas veinte personas) y se le sentaba en una silla. El jefe de servicio se lanzaba a toquetear al paciente mientras nos hablaba al resto, de una manera brusca. Después se echaba de nuevo al paciente, y tras discutir la exploración, se hacía pasar a la familia y al paciente de nuevo para comunicarles la decisión. Así, a palo seco, decirle que tiene un tumor y que se le hará X tratamiento, que espere una hora en la consulta hasta que los médicos vayan y le pidan el preoperatorio.

Para empezar, ese no es lugar para comunicar nada al paciente. Uno de ellos al entrar dijo que se sentía importante por que le viese tanta gente. Por la manera en que lo dijo, a mí me pareció que fue más bien la forma políticamente correcta de expresar su malestar. No creo que a nadie le guste que le sienten en una silla y una cola de residentes y estudiantes se turnen para toquetearle, sin dar explicaciones. Menos aún, que pasen a la familia y en un sitio tan poco personal te digan que tienes un tumor. Lo siento, pero ahí no hay ni relación médico-paciente ni nada. Para colmo, les dices que además de la hora y media que llevan esperando, tendrán que esperar otra hora más frente a la puerta de la consulta.

Además, al ser pacientes oncológicos, algunos de ellos tenían muy mal pronóstico. ¿Cómo es posible que a un paciente de 46 años con 6 meses de pronóstico no te plantees explicarle las cosas claras (con tacto)? A los pacientes no se les comentaba cual era el mejor tratamiento, más bien se les decía qué era lo que iban a hacer, y ni siquiera les comentaban si el procedimiento estaba destinado a curar el cáncer o era simplemente paliativo porque el pronóstico era demasiado malo e inoperable. Francamente, me parece que lo de la autonomía se dice mucho de boca pero luego los pacientes están muy poco informados.

Tras salir de la sesión, me dirigí a las consultas. No había muchas ese día aparte de las que habían redirigido desde la sesión porque ésta ocupa casi toda la mañana. El caso es que había un señor al que le acaban de ver un pequeño carcinoma en un estadío temprano y le habían propuesto o radioterapia o cirugía, indicando ésta como preferente. El paciente aceptó de inmediato la cirugía y creía que lo hacía por voluntad propia, pero en un momento en que me quedé sola en la consulta, el paciente empezó a hablar con su hijo sobre lo harto que estaba de los médicos y de sus tratamientos. Que hacían lo que querían, que le mareaban a uno y que estaba cansado de ellos. Yo debía mimetizarme con la pared porque el paciente hablaba como si estuvieran solos, aunque el hijo me miraba con cara de disculpa. La verdad es que creo que el paciente tiene todo el derecho a pensar así.

Después de todo esto, me gustaría enlazar la reflexión final con el post de J. M. Mulet sobre los peligros de la pseudomedicina. Está demostrado que cada vez son más las personas que acuden a este tipo de tratamientos "alternativos" que la mayoría de las veces sus beneficios no están probados o solo son para ciertas cosas muy concretas. La pregunta que deberíamos hacernos es ¿por qué? Tal y como se puede leer en el post, por dinero no es, ya que muchas veces estos tratamientos cuestan mucho más que los de la medicina llamada convencional. En mi opinión, la mayor parte de la culpa de que la gente se pase a remedios alternativos abandonando o rechazando los tratamientos que están demostrados que son efectivos la tenemos los médicos (o futuros médicos) y no sólo porque haya profesionales que incluso lleguen a recetar homeoterapia.

Igual me equivoco, pero para mí el razonamiento es sencillo. Si la efectividad de casi todas estas terapias está basada en el efecto placebo, debe haber una confianza y fe ciega del enfermo no sólo al tratamiento sino a la persona que se lo ha prescrito. La confianza no es algo que llegue con un papel, es algo que hay que ganarse, y no es una habilidad que solo tengan los que practican estas terapias alternativas. Lo que pasa es que quizás ellos tienen más interés en ser humanitarios y cálidos con las personas pues sus ventas se basan en eso. Muchos médicos, en cambio, reafirmándose en la supuesta superioridad que le confieren sus estudios, desatienden la relación que deben entablar con el paciente, que debe ser un vínculo más personal y no meramente formal. ¿Qué pasa con esto? Pues que luego ocurren problemas, los tratamientos no van según lo esperado, aparecen complicaciones, etc, etc Si el médico se hubiese molestado en establecer una buena relación con el enfermo, en explicarle las cosas hasta que éste quedase satisfecho, si se esforzase en que el paciente entendiese lo que le está ocurriendo, lo que hará el tratamiento y lo que podrá ocurrir... si todo esto se hiciese bien, el día de mañana en el que haya una complicación, el paciente lo entenderá. Sobre todo, si hemos sido capaces de establecer una verdadera relación con el paciente, éste confiará en nosotros y podremos continuar hacia un tratamiento mejor.

No hay que subestimar el efecto placebo. Si los medicamentos se venden son porque han probado que tienen efectos mas allá del efecto placebo, sí, pero eso no quiere decir que una buena relación con el paciente y su confianza en el médico no hagan que un tratamiento funcione mejor y tenga menos problemas.

Quien piense que la buena atención al enfermo es secundario frente al tratamiento está muy equivocado, porque no podemos controlar lo que pasará en el futuro y siempre pueden surgir problemas, y al final, problema tras problema vamos medrando la confianza de nuestros pacientes en los profesionales sanitarios y empiezan desde quejándose de ellos en su propia consulta hasta tratarse un cáncer con ozono y pomadas.

Los médicos tienen que superar la arcaica idea de que ellos están por encima del paciente y romper esa barrera para ponerse al servicio del enfermo. Debemos procurar su bienestar no sólo físico sino también psíquico y social.

PD: Con esto no quiero decir que esa sea la única causa, ni mucho menos. El pensamiento mágico, la ignorancia, la falacia de que todo lo natural es mejor, etc hacen mucho, pero creo que de este aspecto se suele hablar poco y que es un factor importante para luchar contra las terapias alternativas no probadas.

2 comentarios:

  1. La persona que responde.29 de octubre de 2012, 23:14

    Buenos días.

    Lo primero, iré opinando tu artículo párrafo por párrafo. Así será más fácil.

    (Párrafo 1) Enhorabuena por tu primera rotación. Seguro que has tenido que esforzarte mucho para llegar hasta ahí. Te doy ánimos para que sigas tu camino.

    (Párrafo 4) Vaya, espero que los pacientes hayan sido informados anteriormente de que este tipo de cosas podría ocurrir. Que veinte personas vayan a examinarte durante tan sólo un minuto puede llegar a ser, lo primero un agobio y lo segundo una inutilidad, ya que en un minuto no se puede examinar mucho y menos cuando el paciente no puede hablar, tal y como has escrito.

    (Párrafos 5, 6 y 7) En ese hospital parece que tratan a los pacientes como sujetos de experimentos. Estar sentado alrededor de 20 personas observándole detenidamente no es algo agradable. Y menos si después se toma una decisión y que se lo digan de forma contundente. No digo que sea una forma incorrecta, que no lo es, pero la tranquilidad del paciente también tendría que ser algo importante durante su estancia en el hospital.

    (Párrafo 8) Esto es un gran error de las costumbres actuales de la medicina en España. Hay ciertos países donde el médico explica detalladamente los distintos tratamientos que podría seguir el paciente, sus pros y sus contras, procedimientos, etc. En mi opinión, esto se debería implantar no sólo en los hospitales españoles, también en los de todo el mundo.
    Además, una mala relación entre el paciente y el médico hará que, en caso de complicaciones, el paciente no dude en demandar al médico, ya que ha sido él quien ha tomado todas las decisiones y el paciente creerá que todo ha sido por culpa del médico.

    (Párrafos 9 y 10) Francamente, si el paciente se siente de esta manera en un hospital, no es extraño que desconfíe de los métodos tradicionales de terapia. Sin embargo, esta desconfianza podría llegar a ser también su condenación, ya que los métodos alternativos de tratamiento suelen basarse en placebos, que se basan más en la esperanza de curarse sin tener demostrada su total efectividad.

    En resumen, es importante que la relación médico-paciente sea buena (por todo eso que he escrito arriba). Sería interesante ver el cambio que acontecería en los hospitales si espontáneamente los médicos decidan mejorar la relación que tienen con sus pacientes.

    ¡Un saludo!

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  2. En primer lugar, gracias por comentar ;)
    Estoy de acuerdo en lo que dices, y da mucha rabia ver lo que pasa y no poder hacer nada. Al final, lo único que podemos hacer nosotros como futuros médicos es hacer las cosas de la forma más correcta posible y esperar que eso mejore un poco las cosas.

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